Iniciar con éxito una startup es de por sí todo un desafío, pero pasar de ser un proyecto emergente a una empresa en expansión es una transición que eleva aún más ese término desafiante. Incluso el ejecutivo más experimentado admitirá que los riesgos de crecimiento son inevitables una vez que se comienza a despegar. Es un momento clave en la evolución del proyecto y es muy posible que se necesite asesoramiento experimentado para pasar de una fase a la siguiente. Vamos a ver algunas de las causas que dificultan el despegue definitivo en la financiacion de tu startup.
Inconvenientes de la financiación precoz
Posponer demasiado tiempo la próxima ronda de financiacion de tu startup es el principal problema cuando se dispone de una financiación precoz. Se debe evitar quedarse sin dinero en la fase de crecimiento y despegue definitivo del proyecto, así que se debe tener un plan de acción listo desde el principio y estar preparado para convencer a los inversores antes de lo que podría haberse previsto inicialmente.
Las firmas de capital de riesgo que invierten en financiación de etapa posterior suelen ser más reacias al riesgo que los inversionistas de etapa inicial o antes de los ingresos. Por lo general, lleva mucho más tiempo atraerlos y formalizar los acuerdos. Pero se necesita dinero en el momento preciso para hacer crecer el proyecto o sus instalaciones.
Esto también está relacionado con el otro problema asociado a una financiación precoz: no establecer metas eficientes a largo plazo. Contar con esa financiacion de tu startup inicial deseada puede suponer centrarse en objetivos que aporten dirección y mantengan el proyecto encaminado durante las operaciones diarias. Pero hay que asegurarse de que los objetivos se extiendan y resulten eficaces de cara a la expansión necesaria. Esto implica tener planes a largo plazo que puedan identificar a dónde se quiere ir y delinear los pasos de acción específicos necesarios para llegar allí.
Esto es algo que la mayoría de los líderes empresariales entienden y hacen bien. Sin embargo, aunque la mayoría de las empresas emergentes y en expansión establecen objetivos a corto plazo (mensuales, trimestrales) para medir su progresión, a menudo no definen de modo eficaz la planificación a largo plazo. Si el proyecto a largo plazo no está claramente establecido, las metas establecidas a corto plazo podrían terminar siendo las equivocadas de cara al despegue del proyecto.
Búsqueda de inversores en la financiacion de tu startup
La búsqueda de financiación para tu startup puede resultar en la práctica una tarea de tiempo completo de los directores ejecutivos si no se afronta de un modo estratégico o asociándose con inversores a largo plazo. Crecer significa poder invertir en marketing y personal para responder a los clientes. A menudo, desde el principio, las nuevas empresas optan por cualquier fuente de fondos sin investigar a sus inversores. Esto implica tener que buscar nuevas fuentes de fondos periódicamente, en un proceso que lleva tiempo y requiere medios y personal. Por lo tanto, resulta difícil hacer coincidir la fase de crecimiento efectivo con el tiempo de financiación.
Aparte de las dificultades que los líderes empresariales pueden experimentar en su búsqueda para convencer a los inversores, también se vuelve más difícil estimar correctamente el gasto en la fase de ampliación. Es importante disponer de información actualizada y precisa de lo que podemos necesitar y de con qué recursos institucionales o privados se puede llegar a contar. Esperar hasta el último minuto para buscar financiación puede conducir a situaciones extremadamente estresantes que podrían amenazar la existencia misma de la empresa.
Dirección de una startup
Como ya se ha indicado, los objetivos a largo plazo a menudo se pasan por alto en las empresas emergentes por razones de agilidad, pero no solo se trata de moverse rápido, además se necesita saber hacia dónde se dirige el futuro de la empresa y si ese movimiento representa realmente un avance en la dirección correcta. Hay que ser capaz de tomar decisiones rápidas pero eficaces. Y esto requiere un conocimiento claro de la dirección en la que se quiere avanzar.
También hay que tener en cuenta el peligro de confundir liderazgo con gestión.
Cuando una empresa aún se encuentra en su fase inicial de puesta en marcha, es posible que el líder del proyecto pueda manejar todas las facetas funcionales, pero es un error fatal creer que se puede continuar haciéndolo en fases posteriores.
Para mantenerse en el camino hacia los objetivos establecidos se debe seguir liderando, pero quizás llegue el momento de empezar a delegar facetas de la administración del proyecto. Si bien un emprendedor puede impulsar el éxito temprano, hay que tener en cuenta que mantener el crecimiento de un modo exitoso supone repartir las tareas y ponerlas en manos capacitadas. Si no se hace así se corre el riesgo de que el líder del proyecto deba estar en demasiados sitios a la vez, perdiendo eficacia y diluyendo la focalización de los objetivos prioritarios.
Los líderes empresariales inspiran a otros y establecen conexiones que puedan asegurar la financiación para la evolución positiva de sus empresas. Son generadores de ideas. Estas no son necesariamente las mismas cualidades que se encuentran en un buen gerente. Es importante saber delegar las tareas de ejecución a personal especializado en esa faceta.
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